10 jul 2013

Limpieza mental

Hay amor en el mundo. Exacto, en el mundo, pero no en mi casa. Aquí se ha paseado sin llegar a echar raíces. ¿Quién querría tener raíces en un piso? Para jardín botánico ya tengo el fregador con todo estilo de plantas nuevas junto a una pequeña civilización habitada por el alcalde Mr. Moho y su esposa la Sra. Putrefacción.

No suelo preguntarme nada porque no sé responderme cosas con sentido. Aún así, ¿dónde está el amor? La enorme incógnita de la vida, el gigantesco misterio del pobre idiota que estoy hecho. ¿Cuándo reaparecerás? Ven y acondicióname la cabeza, que el champú no me lavó bien las ideas. Si vienes, trae algún manual que me enseñe a hacer las cosas bien, lo necesitaré para echarme la bronca por no haberlo leído antes de que todo acabara mal.

Al fin y al cabo, ¿qué más da? Si, cuando tengo algo, lo aprovecho y desaprovecho al mismo tiempo. Al menos sé que no desaprovecharé ninguno de los besos que no me des. ¿Demasiadas negativas para ti en la frase? Enamórate y deja de pensar.